“…Ser fieles a
nuestras convicciones sin importar el precio”, frase pronunciada por Johanna
Anglicus, La Papisa o La Pontífice, (Sönke Wortmann, 2009), resume la filosofía de vida de una mujer que desafió
la rigidez de las normas de una época en pro de alcanzar su propósito, el
conocimiento en función del apoyo a los otros.
En ningún momento de la historia vemos a Johanna plantearse
deliberadamente su intención de lograr ser la CEO de una de las organizaciones
más poderosas para la época: la iglesia. Los hechos se fueron dando de manera
progresiva e incluso fortuita, hasta que el talento, conocimiento, sus
convicciones inquebrantables y las circunstancias la llevaron a alcanzar ese
cargo que ambiciona Anastasio, quien valiéndose de conspiraciones finalmente lo
obtiene, pero sin lograr mantener el liderazgo.
En los primeros años de su vida, Johanna mostró tener sed de
conocimiento, prestaba atención a las enseñanzas de botánica dadas
rudimentariamente por su madre, quería aprender a leer los textos de la biblia y
a escribir, ambas cosas reservadas a los hombres, y que logra hacerlo gracias a
su inteligencia y a la complicidad de sus hermanos, principalmente la de
Matthias a quien el padre estaba formando para que estudiara en la Escuela
Catedrática de Dorestad.
Vivió con un padre misógino, que en su condición de sacerdote del pueblo
regía la conducta de su familia de acuerdo con la interpretación ortodoxa de las
enseñanzas bíblicas. Johanna soportó humillaciones y castigos, no sólo de él
sino también del maestro Odo; no obstante, no lograron doblegarla ni la
hicieron perder su rumbo, por el contrario templaron su carácter y actitud ante
las adversidades.
Aliados en el camino
Las argumentaciones de Johanna cuando era emplazada por figuras de poder
como Aesculapios, el Obispo de Dorestad, el Conde Gerold, el Papa Sergio eran
magistrales. Gracias a su inteligencia, conocimiento, capacidad de análisis e
interpretación, obtiene un merecido respeto que le permite continuar, en una
primera etapa su camino de formación, y posteriormente, cuando llega al papado,
introducir las actualizaciones que considera convenientes en función de ayudar
al prójimo.
También observamos en Johanna la figura de líder transformador.
Recordemos la escena con el Abad y los enfermos de lepra, el rescate que hace
de una mujer infectada que en su condición de monje con conocimientos de
medicina pide apoyar. Se va a su hogar, modifica los hábitos de higiene de la
familia, los atiende, les enseña las propiedades curativas de las plantas, cura
a la madre, enseña a leer al Arnal. el hijo mayor, que posteriormente en esas
vueltas que da la vida, la salva y lleva a su casa donde inspira a su hijo,
Arns o Arnaldo, quien es el responsable de rescatar del olvido la figura de la
Papisa.
Ruptura de Paradigmas
La iglesia desde sus inicios se ha caracteriza por ser una organización
monolítica, piramidal, de funcionamiento oligárquico y resistente a los
cambios. Sin embargo, durante el breve período del papado de Johanna, se
produjeron interesantes cambios que facilitaron un acercamiento directo y
regular con el pueblo, la creación de instituciones educativas dirigidas a la
formación de las niñas y la implementación de mecanismos de asistencias a fin
de favorecer a los más necesitados.
Igualmente se observa durante la película como Johanna logra introducir
criterios poco ortodoxos (considerados como paganos) durante la atención que le
brinda al Papa Sergio cuando éste se encontraba aquejado por la gota. Mediante
un cambio en la alimentación y el uso de yerbas medicinales logra en una semana
restablecer la salud del Pontífice.
Incluso durante el reencuentro con Gerold, su gran amor, este le propone
que abandone la iglesia, le ofrece una vida compartida, siendo ella su mujer y
viviendo bajo su amparo y protección. Ella se niega indicándole que ha logrado sobrevivir
y mantenerse sola sin el respaldo social de un hombre.
En resumen, La Papisa es una historia en la que una mujer logra burlar
la exclusión, romper los paradigmas de su época con una férrea filosofía
personal e introducir cambios en una organización caracterizada por su
dogmatismo.