El Diablo Viste de Prada (David Frankel, 2006)) es una película que nos adentra en el mundo de la moda a través de Andrea "Andy” Sachs, una periodista recién graduada de la Universidad de Northwestern que logra ser asistente personal junior de la reconocida, exigente y temida editora en jefe de la influyente revista Runway, Miranda Priestly.
Andy logra el cargo, frente a otras aspirantes que reflejaban el perfil ideal, en cuanto a imagen, para laborar en una empresa donde impera el glamour, a pesar de que, hasta entonces, su real vocación estaba dirigida hacia temas sociales, sin mayor interés en la moda, hasta el punto de no saber cómo se escribe Gabanna, apellido que acompaña a una reconocida marca. Sin embargo, la intuición, experiencia y visión le permiten a Miranda identificar en Andy algunas características cuyos frutos se evidencian a lo largo de la trama.
Gerencia y Liderazgo
El conocimiento, el principio de autoridad, la disciplina, la motivación a través de los desafíos y retos; el control de las situaciones, la búsqueda de la excelencia en el negocio que dirige, y el poder que exhibe, permiten que identifiquemos en Miranda a un CEO cuya actuación trasciende y la convierte en líder no sólo a lo interno de la organización sino en el mundo de la moda y casas editoriales. Por ello, muchos desean tener en su currículo, la experiencia de haber laborado al menos durante un año con esta gerente, meta que se propone alcanzar Andy.
Cuando el cargo de Miranda está en juego porque su ambición, en la búsqueda de la innovación y la calidad, eleva de manera alarmante el costo de edición de la revista-, e intuye que la van a sustituir por su “rival”, Jaqueline Follet, hace uso del conocimiento del medio y su reconocida trayectoria para hacer una jugada estratégica y neutralizar la conspiración urdida contra ella. Decide dejar a un lado los afectos y el compromiso asumido con Nigel, Director de Arte, de proponerlo como Vicepresidente de la nobel empresa del diseñador James Holt y anunciar públicamente la designación de Follet.
El prestigio alcanzado le permite a Miranda realizar una negociación privada con Irv Ravitz, el Presidente de Elias-Clark, la compañía que publica Runway, que incluye una lista de afamados diseñadores, modelos, fotógrafos, escritores, dispuestos a seguirla.
La Cultura no se decreta, se vive
La transformación física que experimenta Andy, la poca comprensión por parte de su pareja y amigos al banalizar sus responsabilidades y el grado de entrega para alcanzar el éxito laboral; e incluso el velado reproche de su padre porque se mantiene en un empleo que dista de sus aspiraciones como periodista, ponen en evidencia la convicción de Andy de alcanzar su meta, no en balde Miranda le dice “elegiste abrirte camino. Si quieres esta vida, esas decisiones son necesarias”…
Cada organización tiene rasgos culturales que la hacen diferente. En el caso de una revista como Runway, la imagen es vital porque su temática es precisamente la moda o como se lo hace entender Niegel a Andy, cuando ella estaba triste porque no recibía reconocimiento de su jefa…“trabajas en el lugar que dio a conocer a los artistas más grandes del siglo…Tú crees que esto es sólo una revista, es un faro luminoso de esperanza”…
A partir de ese encuentro Andy asume como propia la cultura de la organización, modifica su imagen e integra valores como calidad, responsabilidad, excelencia y lealtad. Se esfuerza por ejecutar bien su trabajo, no le importa la exigencia y la entrega, situación que la lleva a tener conflictos con su pareja y amigos.
Cuando se entera que pretenden sustituir a Miranda hace lo posible por advertirle, gesto que Miranda le agradece al reconocer que ambas se parecen. Al final, haciendo una excepción a su fría y arrogante personalidad, Miranda le confiesa,"… Veo mucho de mí en ti, tú ves más allá de lo que quiere la gente y de lo que necesita, y puedes elegir por ti misma"...Esta frase, a mi juicio, expresa uno de los atributos que describe a un gerente: la capacidad de percibir lo verdaderamente sustantivo en el negocio que maneja.
Esa afirmación hace que Andy retome su vida profesional hacia lo que realmente la apasiona, ahora con una recomendación de la CEO Miranda Priestly, que como cualquier mujer exitosa en el mundo laboral tuvo que superar los escollos de la discriminación y conductas sexistas para poner en práctica su visión organizacional que la posicionaron como líder.
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